martes, 16 de junio de 2009


La principal razón por la cual el legado romano ha permanecido vigente fue su amplia expansión gracias a la conquista. Esto, porque los romanos fueron capaces de unir a todos los pueblos de la cuenca mediterránea bajo el poderío de su imperio, desde el extremo norte de África hasta la península Ibérica y Gran Bretaña, y desde el océano Atlántico al mar Caspio.
Los romanos heredaron la cultura griega o helénica y la mezclaron con la suya, la románica. De esta fusión surgió la denominada cultura greco-romana. El funcionamiento político, social y cultural de las sociedades occidentales actuales está basado en esta cultura.
El legado romano es muy amplio. Entre sus herencias destacan el alfabeto, el calendario juliano, el latín, idioma del que surgieron el español, italiano, francés y portugués; el derecho; las instituciones republicanas, que son la base de las democracias modernas; además de grandes obras arquitectónicas cuyo diseño aún es estudiado.
Durante el tiempo romano surgió también el cristianismo, duramente reprimido durante varios siglos, hasta que el emperador Constantino –convertido al cristianismo– instituyó en el año 313 d.C. la libertad de culto.

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