martes, 16 de junio de 2009


Grecia se expande
La población griega fue multiplicándose con el tiempo, y la escasez de tierras fértiles no proporcionaba la cantidad de alimentos necesarios para vivir. Los gobernantes comenzaron a enviar grupos colonizadores a territorios de todo el Mediterráneo, donde fundaron ciudades y difundieron su cultura. Comenzaron ocupando las costas del Asia Menor, dando origen a la cultura jónica, de la cual surgen varios sabios y filósofos, como Pitágoras, Tales de Mileto, Heráclito y Demócrito; poetas como Hesíodo y Anacreonte, y el historiador Heródoto.
Pero esta expansión no llegó hasta aquí. El pueblo griego continuó su camino hacia otras latitudes, fundando ciudades desde España hasta Rusia. Los motivos que tuvieron para llevar a cabo la colonización fueron más que nada económicos, sociales y políticos. Sin embargo, esto tuvo consecuencias, ya que las ciudades griegas pasaron de una vida dedicada a la agricultura de subsistencia a un auge comercial, con gran cantidad de importaciones de puntos como Sicilia o el Mar Egeo. Iniciaron la fabricación de cosas para exportar, lo que los llevó a enriquecerse rápidamente, pero también a endeudarse y convertirse en esclavos. Es en esta época cuando aparecen los tiranos, que a diferencia de lo que hoy pensamos de ellos, eran personas comunes, incluso muy buenas, pero que no heredaban el poder sino que lo ejercían sin derecho sobre alguna ciudad. Además, por lo general trataban de beneficiar los intereses del pueblo, favorecer a los pequeños propietarios, artesanos y comerciantes. A pesar de su inestabilidad, las tiranías lograron superar a las aristocracias, favoreciendo el crecimiento de un poder público y dando paso a la democracia, que se instauró por primera vez en Atenas a comienzos del siglo VI.

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