martes, 16 de junio de 2009


La organización social
Los patricios eran los descendientes de los primeros senadores romanos establecidos por Rómulo. Constituían la ciudadanía romana, el "populus romanus". Solo ellos tenían derechos; poseían casi todo, tierra y ganados y podían participar en la administración del Estado.
Eran patricios quienes pertenecían a una familia noble o "gens". Esta comprendía a todas las ramas de una misma familia que tenían un antepasado común. Todos sus miembros llevaban el mismo nombre y reconocían como jefe al hijo mayor de la rama primogénita, que era el sacerdote del culto del antepasado. Era, por su nacimiento, el pariente más próximo al antepasado y por eso se llamaba padre o "pater". Este era el jefe religioso, civil y militar; era el sacerdote y el rey en su familia y tenía derecho de vida o muerte sobre los suyos.
Muchos hombres libres que no poseían nada o casi nada, buscaban protección y un culto en los patricios, para lo cual se inscribían en las familias de sus protectores con el título de clientes, debiéndoles obediencia a quienes llamaban patrones. El patrón daba al cliente su asistencia, y en ciertos casos lo necesario para vivir. Así, una familia era un pequeño estado que podía comprender muchos cientos de personas, teniendo su jefe, su religión y sus usos particulares.
Las gens agrupadas en diez, constituían las curias, una familia más amplia que tenía un sacerdote y un templo. Existían treinta curias, cuya reunión formaba la Asamblea del Pueblo o Asamblea Curial, y en la que todo se decidía por medio del voto.
En forma paralela funcionaba el Senado, integrado por los jefes de las gens, es decir los paters.
Las personas que no pertenecían a ninguna familia, es decir, los clientes de familias extinguidas, refugiados, vencidos, artesanos, aventureros, comerciantes o campesinos, recibían el nombre de plebe. Pese a que constituían la mayoría de la población, eran casi como extranjeros, ya que no tenían derecho a ser ciudadanos. Tampoco podían unirse en matrimonio a los patricios, ya que la religión lo prohibía. La única diferencia la marcaba la fortuna, ya que los plebeyos ricos podían ingresar al ejército.
El ejército tenía una asamblea denominada Asamblea Centurial, que votaba la paz y la guerra. En esta instancia, los plebeyos podían votar pero no ser elegidos.
Con el tiempo, y no sin luchas, los plebeyos obtuvieron que hubiera quienes asumieran su representación y defensa. Estos fueron los tribunos de la plebe, que defendían a la plebe de los atropellos del Senado y los magistrados.

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